La Diputación de Córdoba ha firmado un convenio con la asociación Pro-restauración del Retablo de la iglesia Jesús Nazareno de Castro del Río, para la rehabilitación de esta obra del siglo XVIII realizada por el escultor sevillano Gaspar Lorenzo de los Cobos y que sufrió las consecuencias del paso de la Guerra Civil.
Este convenio fue firmado en un acto en el que estuvo presente el delegado de Agricultura y Medio Ambiente de la institución provincial, Julio Criado, quien señaló que "gracias a este acuerdo, al que se destinan 25.000 euros, podrán continuarse los trabajos para arreglar esta figura destacada del barroco, y una de las reliquias más emblemáticas de nuestro municipio". El diputado valoró y agradeció, asimismo, la "implicación" de la Hermandad y de las Hermanas Hospitalarias en este asunto.
Esta escultura ocupa todo el testero del presbiterio y es una pieza importante de la retablística barroca cordobesa. Se caracteriza por el abandono, por parte de su creador, de la sustentación por columnas salomónicas para recaer en elegantes estípides en forma de pirámides truncadas. En su basamento destacaron niños atlantes que soportaban el peso de la estructura.
En el ático se halla un crucificado de tamaño algo inferior al natural, de buena factura, y a ambos lados dos óvalos con las imágenes del Ecce Homo y San Juan. Lo corona una magnífica cornisa; y posee un camerín central y conserva perfectamente los relieves del entrepaño. El dorado fue realizado por Juan Gabriel Jiménez en 1970.
REDACCIÓN / CAMPIÑA DIGITAL

Este convenio fue firmado en un acto en el que estuvo presente el delegado de Agricultura y Medio Ambiente de la institución provincial, Julio Criado, quien señaló que "gracias a este acuerdo, al que se destinan 25.000 euros, podrán continuarse los trabajos para arreglar esta figura destacada del barroco, y una de las reliquias más emblemáticas de nuestro municipio". El diputado valoró y agradeció, asimismo, la "implicación" de la Hermandad y de las Hermanas Hospitalarias en este asunto.
Esta escultura ocupa todo el testero del presbiterio y es una pieza importante de la retablística barroca cordobesa. Se caracteriza por el abandono, por parte de su creador, de la sustentación por columnas salomónicas para recaer en elegantes estípides en forma de pirámides truncadas. En su basamento destacaron niños atlantes que soportaban el peso de la estructura.
En el ático se halla un crucificado de tamaño algo inferior al natural, de buena factura, y a ambos lados dos óvalos con las imágenes del Ecce Homo y San Juan. Lo corona una magnífica cornisa; y posee un camerín central y conserva perfectamente los relieves del entrepaño. El dorado fue realizado por Juan Gabriel Jiménez en 1970.
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