Apenas cinco días después de que arrancara la vendimia 2013 en la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles con la recolección de las variedades de uva blanca sauvignon blanc y chardonnay, ideales para la elaboración de vinos jóvenes, los viticultores de la zona también han empezado a cosechar ya las variedades tintas que, desde 1995, se vienen implantando en la comarca al objeto de diversificar la producción.
"Tras más de 28 días de control de madurez a pie de campo, ha llegado el momento óptimo para la recolección", declaró el enólogo de la cooperativa La Unión, José Garramiola, quien confirmó que la graduación de las primeras uvas tintas que entraron en las tolvas se encuentra entre los 12,5 y los 13 grados Baumé. "La acidez está equilibrada, el tamaño de grano apropiado y un envero pleno", afirmó, en referencia a la óptima coloración del fruto.
Los viticultores adscritos a la cooperativa montillana –que desde hace años desarrolla la mayor vendimia de Andalucía- comenzaron ayer cosechando las uvas de la variedad merlot. "Es la primera en madurar y tenemos que recolectarla en un breve espacio de tiempo, ya que en muy pocos días puede alcanzar una sobremaduración que perjudicaría sus características organolépticas", explicó Garramiola.
La recolección de tintas continuará en los próximos días con las variedades syrah, tempranillo y cabernet sauvignon. Y es que, al igual que ha ocurrido con las uvas para vinos blancos jóvenes, las variedades tintas también han presentado este año cierto retraso en la maduración respecto al pasado año. "Han sido ocho o diez días, debido al año climatológico en curso, que nos garantiza una calidad excelente para los tintos", indicó el enólogo de la cooperativa La Unión.
Desde 1995, las cooperativas montillanas Nuestra Señora de La Aurora y La Unión comenzaron a trabajar con variedades de uva tinta en dos plantaciones experimentales situadas en el término municipal de Montilla, con el fin de analizar la aclimatación en la comarca de una veintena de variedades.
En la actualidad, ambas entidades molturan la mayor parte de la uva tinta que se produce en la comarca, si bien existen algunas experiencias particulares que están elaborando pequeñas partidas de vino tinto para ser comercializado.

Pero no sólo se cosechan variedades tintas en el término municipal de Montilla. En Montemayor, las primeras plantaciones de esta clase de uva se realizaron en el año 2000, aprovechado las ayudas que la Unión Europea (UE) concedió para la reestructuración del viñedo.
Así, la primera cosecha de variedades tintas en la Cooperativa San Acacio de Montemayor se efectuó en 2002. En la actualidad, la sociedad montemayorense cuenta con más de treinta hectáreas de viñedos de variedades tintas: de ellas, un 60 por ciento dedicadas a la variedad syrah; un 30 por ciento, a tempranillo; y un diez por ciento, a tintilla de Rota.
Pese a que el rendimiento de la uva tinta es menor –dado que una parte del fruto se destina a subproductos y no se pueden exprimir tanto como las variedades blancas-, la cosecha de variedades tintas en la comarca viene experimentando un aumento constante desde el año 2002, cuando las cooperativas de la zona molturaron algo más de 500.000 kilos de uva.
La Unión: una entidad en constante evolución
La cooperativa La Unión siempre ha destacado por su constante afán innovador en los procesos productivos y en el impulso de nuevos cultivos en la comarca con el objetivo de diversificar nuestra economía. Prueba de ello fue el Proyecto de Producción de Vinos de Calidad en la Comunidad Autónoma de Andalucía, cuya duración fue de diez años, que se llevó a cabo en colaboración con la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía para estudiar el comportamiento agronómico de distintas variedades de vides tintas, así como el resultado enológico de su posterior vinificación.
El mencionado proyecto se desarrolló en dos parcelas experimentales, una en regadío y otra en secano, en las cuales se plantaron diez variedades diferentes de vides tintas. El sistema de plantación en espaldera a doble cordón supuso una innovación en la comarca.
Con todo, las primeras variedades tintas en la zona Montilla-Moriles llegaron en 1973 al Cortijo de El Caño en La Rambla. Allí, el técnico agrícola Francisco Bellido se decidió a estudiar la aclimatación en la comarca de una veintena de variedades tintas, al objeto de poder diferenciar en su sistema de plantación factores experimentales como la calidad, la producción y la época de maduración del fruto. La vinificación corrió a cargo del perito agrícola Juan Portero Laguna, técnico del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Montilla-Moriles.
"La calidad de estos vinos está más que contrastada: sólo nos queda seguir trabajando por su comercialización, reto difícil que, no obstante, nos motiva aún más, hasta conseguir que nuestro tinto y rosado Los Omeya sea un referente pleno en la provincia de Córdoba", manifestó José Garramiola.
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"Tras más de 28 días de control de madurez a pie de campo, ha llegado el momento óptimo para la recolección", declaró el enólogo de la cooperativa La Unión, José Garramiola, quien confirmó que la graduación de las primeras uvas tintas que entraron en las tolvas se encuentra entre los 12,5 y los 13 grados Baumé. "La acidez está equilibrada, el tamaño de grano apropiado y un envero pleno", afirmó, en referencia a la óptima coloración del fruto.
Los viticultores adscritos a la cooperativa montillana –que desde hace años desarrolla la mayor vendimia de Andalucía- comenzaron ayer cosechando las uvas de la variedad merlot. "Es la primera en madurar y tenemos que recolectarla en un breve espacio de tiempo, ya que en muy pocos días puede alcanzar una sobremaduración que perjudicaría sus características organolépticas", explicó Garramiola.
La recolección de tintas continuará en los próximos días con las variedades syrah, tempranillo y cabernet sauvignon. Y es que, al igual que ha ocurrido con las uvas para vinos blancos jóvenes, las variedades tintas también han presentado este año cierto retraso en la maduración respecto al pasado año. "Han sido ocho o diez días, debido al año climatológico en curso, que nos garantiza una calidad excelente para los tintos", indicó el enólogo de la cooperativa La Unión.
Desde 1995, las cooperativas montillanas Nuestra Señora de La Aurora y La Unión comenzaron a trabajar con variedades de uva tinta en dos plantaciones experimentales situadas en el término municipal de Montilla, con el fin de analizar la aclimatación en la comarca de una veintena de variedades.
En la actualidad, ambas entidades molturan la mayor parte de la uva tinta que se produce en la comarca, si bien existen algunas experiencias particulares que están elaborando pequeñas partidas de vino tinto para ser comercializado.

Pero no sólo se cosechan variedades tintas en el término municipal de Montilla. En Montemayor, las primeras plantaciones de esta clase de uva se realizaron en el año 2000, aprovechado las ayudas que la Unión Europea (UE) concedió para la reestructuración del viñedo.
Así, la primera cosecha de variedades tintas en la Cooperativa San Acacio de Montemayor se efectuó en 2002. En la actualidad, la sociedad montemayorense cuenta con más de treinta hectáreas de viñedos de variedades tintas: de ellas, un 60 por ciento dedicadas a la variedad syrah; un 30 por ciento, a tempranillo; y un diez por ciento, a tintilla de Rota.
Pese a que el rendimiento de la uva tinta es menor –dado que una parte del fruto se destina a subproductos y no se pueden exprimir tanto como las variedades blancas-, la cosecha de variedades tintas en la comarca viene experimentando un aumento constante desde el año 2002, cuando las cooperativas de la zona molturaron algo más de 500.000 kilos de uva.
La Unión: una entidad en constante evolución
La cooperativa La Unión siempre ha destacado por su constante afán innovador en los procesos productivos y en el impulso de nuevos cultivos en la comarca con el objetivo de diversificar nuestra economía. Prueba de ello fue el Proyecto de Producción de Vinos de Calidad en la Comunidad Autónoma de Andalucía, cuya duración fue de diez años, que se llevó a cabo en colaboración con la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía para estudiar el comportamiento agronómico de distintas variedades de vides tintas, así como el resultado enológico de su posterior vinificación.
El mencionado proyecto se desarrolló en dos parcelas experimentales, una en regadío y otra en secano, en las cuales se plantaron diez variedades diferentes de vides tintas. El sistema de plantación en espaldera a doble cordón supuso una innovación en la comarca.
Con todo, las primeras variedades tintas en la zona Montilla-Moriles llegaron en 1973 al Cortijo de El Caño en La Rambla. Allí, el técnico agrícola Francisco Bellido se decidió a estudiar la aclimatación en la comarca de una veintena de variedades tintas, al objeto de poder diferenciar en su sistema de plantación factores experimentales como la calidad, la producción y la época de maduración del fruto. La vinificación corrió a cargo del perito agrícola Juan Portero Laguna, técnico del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Montilla-Moriles.
"La calidad de estos vinos está más que contrastada: sólo nos queda seguir trabajando por su comercialización, reto difícil que, no obstante, nos motiva aún más, hasta conseguir que nuestro tinto y rosado Los Omeya sea un referente pleno en la provincia de Córdoba", manifestó José Garramiola.
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN