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Reclaman un acto de homenaje para un montillano que murió electrocutado tras salvar la vida de un niño

Dos familias montillanas han unido esfuerzos para solicitar al Ayuntamiento de Montilla un acto de homenaje que contribuya a perpetuar la memoria de Baldomero Torres y Gallardo, un montillano de 44 años que murió electrocutado a finales de 1933 tras salvar la vida de un niño de corta edad.


Los hechos, que se mencionan en el libro 100 años de luz eléctrica en Montilla, obra de Manuel Quintero Aguilar, se remontan al 27 de diciembre de 1933, cuando Francisco Casado Hidalgo, un niño de corta edad perteneciente a la popular saga familiar de Los Patriarcas, se quedó enganchado mientras jugaba de la valla perimetral de la antigua Fábrica de la Luz de la Cooperativa Eléctrica Montillana, que se encontraba electrificada.

De manera providencial, Baldomero Torres y Gallardo, un carretero de 44 años que pasaba por la antigua calle de Los Arrumbadores y presenció la escena, acudió de inmediato para auxiliar al pequeño pero, en su heroica gesta, se dejó la vida tras recibir una fuerte descarga eléctrica.

«Mi abuelo consiguió desenganchar al niño, pero él murió, dejando a seis hijos sin su padre», rememora Baldomero Torres Hidalgo, que ha impulsado ante el Ayuntamiento de Montilla una iniciativa para reconocer un acto sin duda ejemplar.

«Corría el año 1933, en plena Segunda República y, por los motivos que fuera, esta gesta no fue reconocida por nadie, a pesar de la enorme trascendencia que implica dar la propia vida para salvar la de otra persona y la de todos sus descendientes futuros», añade su nieto.

En opinión de Baldomero Torres, la influencia que pudo ejercer entonces la Cooperativa Eléctrica Montillana evitó que el suceso se relatara con profusión de detalles en la prensa provincial, que apenas lo reseñó como un «desafortunado accidente», hasta el punto de llegar a obviar el heroico gesto que había protagonizado su abuelo.


No en vano, el diario El Sur, dirigido por el periodista baenense Fernando Vázquez Ocaña, precisa en su portada del 30 de diciembre de 1933 que los hechos tuvieron lugar «a las seis y media», cuando al «desgraciado carrero se le fue el pie por efectos del barro que había y, no teniendo otro punto de apoyo, se asió inconscientemente a los alambres de la cerca», que estaba electrificada, «no dándole más tiempo que a proferir un grito, quedando totalmente electrocutado». El rotativo añade, además, que «el desgraciado Baldomero, que era un honrado trabajador, contaba con 44 años de edad, casado y deja seis hijos».

En similares términos se expresaba el Diario de Córdoba, que se hacía eco del «desgraciado suceso» precisando que «el carrero Baldomero Torres marchaba guiando su vehículo por las inmediaciones de la fábrica de la luz eléctrica» y «a causa del barro resbaló y, para no caer, cogiose a la alambrada que cerca dicha fábrica», que estaba «en contacto con un cable de alta tensión», de modo que «el infeliz carrero sufrió tan tremenda descarga que le produjo la muerte instantánea».

«La empresa indemnizó a mi abuela e, incluso, corrió con los gastos del entierro, pero nunca reconoció los motivos por los que seis niños quedaron huérfanos a las puertas de una guerra», lamenta el nieto, que recuerda que el trágico suceso tuvo lugar en la antigua Fábrica de la Luz de la Cooperativa Eléctrica Montillana, cuyas instalaciones albergan hoy el Museo Histórico Local, en la Plaza de Dolores Ibárruri.

Por todo ello, los descendientes de Baldomero Torres –su hijo José y su nieto Baldomero, así como otros nueve nietos–, han unido esfuerzos con Mariola Casado, la única hija de Francisco Casado, que llegó a ser agente de la Policía Local de Montilla, y han reiterado al alcalde, Rafael Llamas, su intención de reconocer esta gesta en base al Reglamento de Honores y Distinciones del Ayuntamiento de Montilla.


«Nuestra intención es que se haga justicia para que ese extraordinario acto de valentía sea recordado para siempre, por ejemplo, mediante una placa conmemorativa en la fachada del edificio que hoy alberga el Museo Histórico Local, ya que mi abuelo no era bombero, ni policía, ni nadie preparado para una situación como la que protagonizó valientemente, sino que era un humilde carretero que tuvo la extraordinaria generosidad de dar su propia vida para salvar a un niño», reconoce Baldomero Torres Hidalgo.

En ese sentido, las familias de Baldomero Torres y Francisco Casado, que el pasado verano se reunieron con Rafael Llamas en la Alcaldía de Montilla, han vuelto a reclamar del primer edil "alguna respuesta" a la solicitud que registraron el pasado 9 de agosto conforme al Reglamento de Honores y Distinciones del Ayuntamiento de Montilla.

«Llevamos más de cinco meses sin obtener ningún tipo de respuesta por parte del Ayuntamiento y, la verdad, nos gustaría que nuestro padre, que tiene 93 años, pudiera presenciar este reconocimiento y, de alguna forma, ver recompensadas las muchas penurias que padeció junto a sus cinco hermanos tras la tragedia», concluyó Baldomero Torres Hidalgo.

J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍAS: J.P. BELLIDO
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