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Pepe Cantillo | Carta abierta por el Día del Libro

Hace ahora once años envié una carta a uno de los periódicos del grupo Andalucía Digital, Montilla Digital, con motivo del Día Internacional del Libro. Ha transcurrido más de una década desde entonces y aquel primer periódico digital fue creciendo hasta sumar un racimo de cabeceras que se aglutinan bajo el nombre de Andalucía Digital, cada una de ellas con su identidad propia. Y hoy he querido tener la osadía de volver a retomar aquellas líneas para saludar al conjunto de lectores y a las firmas participantes de cada periódico.


Con el mes de abril entra oficialmente la primavera. Dicho mes nos ofrece dos fechas dedicadas a recordarnos la importancia que tiene la lectura para pequeños y mayores. Existe un Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil, que se celebra cada año el día 2. Y el 23 está dedicado al Día Internacional del Libro, otra cita para atraer la atención de las personas mayores y resaltar la importancia que tiene la lectura.

Respetados articulistas y lectores de Andalucía Digital: cada 23 de abril celebramos el Día del Libro coincidiendo con las muertes en 1616 de Cervantes, Shakespeare (según el calendario juliano vigente en Inglaterra muere el 23, y según el gregoriano, el 3 de mayo) y El Inca Garcilaso de la Vega, que vivió en la calle Capitán Alonso de Vargas de Montilla.

Esta fecha fue escogida en 1995 por la UNESCO para rendir homenaje mundial al libro y a sus autores y para animar a todos a descubrir el placer de la lectura. Una curiosidad: en Cataluña, la celebración data de 1926, hasta que pasó al 23 de abril en 1930, día de san Jordi (Jorge). Es costumbre regalar una rosa. Hechas las presentaciones, paso al verdadero motivo de esta misiva.

Hoy me gustaría regalar una rosa amarilla para cada uno de los articulistas. Amarilla porque viene a representar la inteligencia, la energía, la originalidad, la alegría, a veces la nostalgia, la riqueza de opiniones, que cada uno de vosotros derrocháis en esas líneas que nos regaláis, porque con ellas estimuláis nuestra actividad mental; con vuestra rica erudición nos potenciáis la capacidad de reflexión y, de cuando en cuando, como por arte de magia, desencadenáis en nuestro cerebro un efecto agridulce unas veces, otras es tan intenso el relato que suscita una impresión perturbadora e inquietante en nuestra facultad de pensar.

El color amarillo hace que nuestra atención se centre en el producto que nos ofrecéis, artimaña de publicistas, y entremos en ardor intelectual con el agradable calorcillo que emana al leer vuestra página. Gracias por el esfuerzo que hacéis, el cual viene a rellenar un momento de nuestra vida.

También para los lectores ofrezco una rosa roja, intensa en este caso. Escarlata por la pasión (sin con-pasión no vale nada), el alma, la creatividad, el buen hacer que cada cual depositamos en las hojas virtuales de este libro compartido, cuando elaboramos nuestras apostillas (“acotación que comenta, interpreta o completa un texto”). Bien es verdad que, a veces, la crítica sube de tono intenso, rojo vivo (bermellón), el nivel emocional hasta el punto de poner en dificultad la capacidad de entendernos.

Rosa roja para enaltecer el valor y coraje con el que se defiende cada opinión personal. Consideraciones unas veces llenas de sensibilidad y sensualidad, que con mente abierta nos hacen acercarnos a los relatos y provocarnos una fuerte sacudida de placer estético.

Otras veces con energía, vigor y no sin cierto grado de fuerza, el artículo –o, lo que es igual, su autor– suscita en nuestra mente una actitud crítica para con las líneas que acabamos de leer. El adulto que llevamos dentro se pone en alerta.

El color taheño (rojo) que estimula en nosotros una llamada a la precaución para no pasarnos de rosca y herir innecesariamente a otro comentarista con el que no estamos de acuerdo. Color sanguíneo impulsivo que posiblemente nos haga verter cierto grado de ira o malicia ante un determinado tertuliano.

Para Andalucía Digital envío una rosa blanca, porque níveas y llenas de luz son las hojas virtuales que nos brinda cada día, para plasmar nuestro pensamiento. Son pergaminos perfectos donde grabar conceptos llenos de sentimientos, de recuerdos, de declaración de intenciones, de opiniones más o menos acertadas (¿afortunadas?) o provocativas.

Los digitales son amplios escenarios virtuales de color blanco nieve “que corresponde al de la luz solar aun no descompuesta en los diversos colores del espectro” que serán después pintados por escribidores y lectores.

Son láminas virtuales donde litigamos con la palabra a veces clara, a veces algo túrbida y lacerante, a veces romántica o benevolente. Pero siempre el verbo alanceando el caparazón de la virtualidad para poder llegar al corazón de los lectores. ¡La palabra…, clave de entendimiento!

Amarillo, rojo y blanco; rojo, blanco y amarillo, tanto monta…, se funden en un ramo, y se enlazan en una sonata de sensaciones provocada por la fusión de los colores, invitándonos a leer las rebosantes páginas virtuales de las que somos autores y responsables, cronistas y lectores.

Articulistas y lectores de Andalucía Digital formamos una comunidad virtual de lectura. Vamos perfilando un libro en el que los autores, con sus exposiciones reflexivas unas, poéticas y llenas de magia otras, de repaso a la realidad circundante o relatos de libre imaginación, crean un mundo de pura sensibilidad.

Parte de las hojas de ese libro están completadas por los juicios que hacemos todos los que leemos Andalucía Digital. Juicios finos y llenos de sentimientos cordiales unos; comentarios de artículos otros que, por haber despertado nuestra dormida sensibilidad, provocan consideraciones críticas con el contenido de la columna y en los que damos razones de nuestra postura.

Consideraciones en las que, a veces, sacamos las uñas porque no compartimos las ideas expuestas; dicterios en los que sin mala intención, hagamos alguna alusión en tono despectivo. Quiero suponer que actuamos sin ánimo de ofender a la persona contra la que dimos el parecer. Y si en algún momento nuestro teclado se convirtió en cómplice, para plasmar una chanza desdeñosa, deberíamos ayudarle a eliminar dicha chirigota en pro de un piropo de sonrosada simpatía.

Lentamente las rosas se abren en una olorosa exhalación de profusa creatividad. Quiero animar a todos a leer, leer y leer: artículos, libros del género que sea, periódicos… La lectura nos abre puertas, ejercita la memoria, la imaginación y la sensibilidad a la par que aumenta el conocimiento…

Por la lectura se aprenden valores, normas y pautas de comportamiento y se interiorizan sentimientos. En definitiva, leer es estar informado y la información es poder. Para los que ya somos mayorcitos, la lectura es clave para el mantenimiento de las funciones cognitivas. Quien lee, vive.

¡A veces llegan cartas…! Mi intención con esta misiva es de agradecimiento a todos los participantes (escribidores y lectores) y a Andalucía Digital, que nos pone en contacto. La lectura da cultura…, nos abre un horizonte que va más allá de la raquítica realidad que nos rodea.

Desde El Llanete de la Cruz, un saludo y mi agradecimiento. Primero, a los lectores, porque sin ellos carecería de sentido todo lo dicho; después, al esfuerzo de los articulistas que llenan el espacio con palabras cargadas de variados sentimientos y colores; y, finalmente, al trabajo de quienes dan vida día a día a Andalucía Digital.

PEPE CANTILLO