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El Ayuntamiento concluye la obras de consolidación de la casa de Teresa Enríquez tras invertir 264.000 euros

El alcalde de Montilla, Rafael Llamas, ha firmado hoy el acta de recepción de las obras para la consolidación de la conocida como casa de Teresa Enríquez, un inmueble del siglo XVI anexo al conjunto de Interés Cultural formado por el Palacio de los Duques de Medinaceli y el Convento de Santa Clara, que ha contado con una inversión superior a los 264.000 euros.


El proyecto, ejecutado por la empresa montillana Construcciones Antroju, se ha centrado en la consolidación de cubiertas, envolventes y estructuras portantes que garanticen la estabilidad del edificio, mientras que en una fase posterior se adaptará el inmueble para su uso definitivo. "Era un compromiso de toda la Corporación municipal la recuperación de este edificio dentro de la apuesta y defensa de nuestro patrimonio como elemento de nuestra propia identidad como ciudad patrimonial", ha destacado el primer edil.

En concreto, la intervención se ha centrado en la consolidación estructural del edificio "para garantizar la conservación del inmueble" ante los "graves problemas constructivos que presentaba". Para ello, se ha instalado una nueva cubierta de madera y la sustitución del forjado intermedio, a la vez que se ha reforzado la fachada del edificio y otros elementos en mal estado de conservación.

"La idea de futuro es hacer del Llano de Palacio uno de los espacios culturales y patrimoniales más importantes de Montilla gracias al convenio con el SAE para recuperar el Molino del Duque, como futuro espacio museístico dedicado al aceite con la maquinaria del Molino de Santa Brígida; la futura recuperación del Palacio de Medinaceli; y la puesta en valor de algunos espacios del Convento de Santa Clara a raíz de su cesión al Ayuntamiento", ha destacado Rafael Llamas. 

La casa de Teresa Enríquez está en el entorno de protección del convento de Santa Clara, declarado monumento histórico-artístico de carácter nacional y Bien de Interés Cultural (BIC). La Ley de Patrimonio establece que este tipo de monumentos cuentan con un entorno de protección que alcanza los 50 metros en suelo urbano y los 200 metros en suelo urbanizable y no urbanizable, por lo que el inmueble está incluido en el entorno de protección de Santa Clara.


La vivienda, que lleva décadas deshabitada, cuenta con dos plantas de altura sobre una parcela de 494 metros cuadrados. Se organiza con un cuerpo principal de dos crujías paralelas a la fachada, datado en el siglo XVIII, y un patio trasero con el cuerpo de escalera, de comienzos del siglo XX. El edificio cuenta con una estructura de muros de carga de mampostería y tapial.

Por la disposición del tejado y los huecos existentes, el inmueble contó en su origen con una fachada al este, donde se alza actualmente un edificio de viviendas que se levantó sobre el solar de las desaparecidas Bodegas Ortiz Ruiz. 

La casa, sin uso desde hace décadas, presentaba un mal estado de conservación. De hecho, el inmueble ha perdido gran parte de su solería y de sus carpinterías interiores. En una dependencia de planta baja situada al norte, con fachada hacia el convento de Santa Clara, el Ayuntamiento de Montilla ubicó hace algunos años un Punto de Información Turística que también permanece cerrado. 

Un enclave histórico 

Teresa Enríquez de Córdoba –o Enríquez Pacheco, según otros autores– nació hacia 1495. Hija de Pedro Fernández de Córdoba, primer marqués de Priego, y de Elvira Enríquez de Luna, vivió en Montilla, en las casas que hizo construir la marquesa doña Catalina, su hermana mayor, entre su propio palacio y el monasterio de Santa Clara. 

El Ayuntamiento de Montilla se hizo con la propiedad del inmueble en en el mes de junio de 2004 y, desde entonces, ha barajado la posibilidad de ubicar en la conocida Bodega de los Gigantes, situada en la parte interior de la vivienda, la sede de la empresa Aguas de Montilla, la Oficina Municipal de Turismo o, incluso, el Archivo de Protocolos. El edificio, además, acogió la primera sede de la congregación salesiana en el mes de octubre de 1899, hasta su traslado al año siguiente a los terrenos adquiridos en la calle Tarasquilla –actual calle Beato Miguel Molina–.

I. TÉLLEZ / J.P. BELLIDO
FOTOGRAFÍAS: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
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