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Pepe Cantillo | Lorca y las Misiones Pedagógicas

Comienzo a engarzar estas líneas el domingo 18 de agosto. Recurro de momento a la mitología para recordar que nuestra vida “pende de un hilo” manejado a capricho. En la mitología, Átropos era una de las tres Moiras (Parcas para romanos y Normas para escandinavos) que controlaban el destino de los mortales cuya vida pende de un hilo que ellas cortan cuando les apetece. ¿Qué pasó el 18 de agosto? Dos sucesos en diferentes años marcan dicha fecha.



El 18 de agosto de 1936 es fusilado Federico García Lorca. En la madrugada del 18 de agosto de 2017, en Cambrils (Tarragona), cinco terroristas, y como continuidad del atentado del día anterior en Barcelona, atropellaban mortalmente a una mujer y, de paso, hieren a seis personas más. Estos últimos muertos han caído en el olvido por intereses varios.

En la entrega anterior hacía referencia a la Institución Libre de Enseñanza fundada en 1876 y a cuyo frente estará Francisco Giner de los Ríos, compartiendo tarea e ideología con un nutrido grupo de docentes universitarios. Defienden una escuela tolerante y abierta donde la coeducación sea clave. De sus planteamientos pedagógicos parten muchas otras instituciones de carácter educativo y cultural.

Entre ellas, las Misiones Pedagógicas, que ya cité también. Su finalidad era modernizar la sociedad y erradicar el analfabetismo a la par que elevar el nivel sociocultural del país. Clave será la defensa de la libertad de cátedra que aparece reflejada en el artículo 15 de los Estatutos de la Institución. La Guerra Civil borra dicha labor.

El fundador de dicha Institución juega un papel básico, junto con otros intelectuales, en el recorrido de “Las Misiones Pedagógicas” por pueblos perdidos de España que entra en el siglo XX con sobrecarga de incultura. Muestra de ello el alto número de analfabetos que había en el país. El mundo rural era el más castigado por dicha plaga de piojos mentales.

Saber leer y escribir se consideraba un lujo solo para hijos de señoritos. Y desde luego para la mujer era aun más inalcanzable poder crecer, ascender, prosperar en el mundo de la cultura dado que su papel en la sociedad estaba dentro del hogar.

Acceder al mundo universitario no era nada fácil por no decir imposible para la mujer. En un primer momento, entrar en la Universidad y matricularse para poder asistir a clase era toda una carrera de obstáculos. Hacía falta un permiso de la autoridad competente y un informe del profesorado que avalara el ingreso. La lucha fue necesaria, tenaz, tozuda y gracias a contar con el interés de muchos docentes y de personal culto y cultivado que se empeñó en ello y poco a poco se abren las puertas.

La Institución Libre de Enseñanza hizo lo imposible y más por fomentar el ingreso de mujeres en la universidad. La maldita guerra se encargó de atajar todo lo conseguido, si bien no pudo arrancar lo que ya se había sembrado y había arraigado.

En 1931 se proclama la Segunda República y se crean las “Misiones Pedagógicas” por Decreto del 29 de mayo de 1931, como proyecto de culturización del pueblo analfabeto que sufre un bajísimo nivel enseñanza. Los “misioneros” son intelectuales del momento (maestros, estudiantes, profesores, literatos de renombre y valía). María Zambrano, Alejandro Casona, Menéndez Pidal, Luis Cernuda, María Moliner... entre otros muchos. Fueron desmanteladas al final de la “guerra incivil”.

Las Misiones tratan de llevar la escuela al pueblo, no el pueblo a la escuela y eso lo entendieron bien todas aquellas personalidades cultas, escritores y poetas sobre todo, que se prestaron a colaborar en dicho proyecto. Su objetivo será la transformación del país desde la educación.

Las Misiones son escuelas ambulantes para fomentar la cultura en los pueblos del país. La guerra dará al traste con toda la labor que fueron desarrollando los misioneros, frenó los avances que con toda ilusión pusieron en marcha tanto en el arte como en literatura y que poco a poco les permitió conectar con los movimientos de vanguardia.

Misioneros destacados fueron Federico García Lorca y Miguel Hernández, poetas a los que descubrí muy pronto junto con Antonio Machado, pese a los pocos datos que de ellos circulaban. Comprar un poemario de alguno de ellos era todo “un poema” envuelto en algo de riesgo.

Tiempo después, gracias a Serrat, muchos españolitos seguidores del cantante nos interesamos por dichos poetas (Hernández o Machado), casi olvidados para la mayoría del público. A veces no es necesario prohibir: basta con no permitir la edición de sus obras para entrar en la lista de olvidados.





Desgloso brevemente la vida de Lorca. Federico (1898-1936) poeta “granaíno” nace en una familia acomodada de Fuente Vaqueros. Su madre, como buena maestra, le inculca el placer de la lectura. Estudia en la Universidad de Granada donde se licencia en Filosofía y Letras y en Derecho. A partir de entonces, su gran inquietud será poner la cultura al alcance del pueblo.

Misionero educativo, se desplazó por el país con su grupo de teatro La Barraca con el objetivo de culturizar y abrir horizontes en el mundo agrario. En su recorrido por los pueblos perdidos de nuestra geografía intentó hacer llegar un poco de cultura e ilusión a través de su teatro ambulante.

En esta etapa, Lorca comienza a mostrar un fuerte interés por el teatro, aunque le queda poco tiempo para desarrollar el proyecto. La muerte le espera en una cuneta. Los temas que le interesan serán todos los relacionados con el ser humano, el amor, la soledad, la muerte…

Al declararse la guerra en 1936 todo dará un vuelco. Cambiamos la cultura por las balas. La vida carece de sentido en cualquiera de las trincheras, tanto de la derecha como de la izquierda, como bien deja claro Chaves Nogales en su libro A sangre y fuego. La maldita guerra le coge de lleno y pronto será detenido.

Los asesinatos políticos serán el pan nuestro de cada día. ¿Quién era posible víctima? Cualquiera que se atreviera a pensar, que fuera capaz de criticar la injusticia social, la desigualdad entre ricos y pobres. Lorca, con su postura de reclamación, se ha convertido en alguien incómodo para parte de la derecha retrógrada del momento.

Federico entra en el saco. Al caer la tarde del 16 de agosto de 1936 es detenido y dos días después fusilado ¿Cargos que se le imputan si no milita en ningún partido político? Ser espía, liberal y, ante todo, ser maricón ("homosexual" suena mejor).

No era necesario militar: bastaba con pensar, con defender causas que no encajen en el ideario del partido dominante para entrar en el saco. Este tipo de “pecado” también se da en la actualidad. Y aunque no haya fusilamientos al alba en la cuneta, los hay en el mundo de la virtualidad.

Lorca fue fusilado por sus ideas liberales y revolucionarias. En la actualidad, es uno de los poetas españoles más leídos. Cito algunas obras: Poeta en Nueva York, Bodas de sangre, Yerma, La casa de Bernarda Alba, Romancero gitano –obra con la que la crítica lo encasilla como “agitanado”, cuestión que lo molesta bastante–.

¿Pudo librarse de las balas? Tiene amigos en la derecha que lo intentan, pero el odio ciega los ojos cargados de fanatismo. Y en una cuneta de la carretera que une Viznar y Alfacar lo fusilan antes de que apunte el alba del nuevo día 18 de agosto de 1936. Como él, habrá muchas otras ejecuciones tanto a la derecha como a la izquierda.

De dicha ejecución han pasado ya 83 años. Pudo quedar en el olvido como tantos otros censurados pero el silencio no lo borró del escenario. Suerte que fue leído al principio a escondidas, pero poco a poco salió a la luz del cielo literario de nuestro país.

PEPE CANTILLO