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Aureliano Sáinz | Discos y portadas (24)

¿Es el suicidio un buen motivo para lograr un fuerte impacto publicitario? Me temo que sí, ya que en la sociedad del espectáculo (según en francés Guy Debord) o en la civilización del espectáculo (según Mario Vargas Llosa) es un buen motivo para que la desdicha se convierta en una poderosa razón para sacar productos que homenajeen al finado y, de paso, hacer caja.



Inicialmente, esto no lo debió pensar el diseñador británico Peter Saville cuando creó la portada del primer álbum de Joe Division, una banda abiertamente marcada por la tragedia, y que con el título Unknown Pleasures aparecería en el año 1979. Pero lo comentaremos un poco más adelante, una vez que describamos la trayectoria del creador de muchas de las portadas de discos que hoy vemos en las tiendas o por cualquier medio digital, ya que Internet se ha convertido en un inmenso escaparate a través del que se promociona toda clase de marcas y objetos vendibles.

Sobre Peter Saville quisiera realizar un breve apunte biográfico para que conozcamos a otro de los grandes diseñadores de las fundas de los álbumes, teniendo en cuenta que ya he hablado en artículos anteriores de Rick Griffin, Roger Dean y Storm Thorgerson, tres referentes del diseño gráfico de las últimas décadas.

Peter Saville nació en la ciudad británica de Manchester en 1955, por lo que en la actualidad cuenta con 63 años. Desde muy pequeño, el dibujo era una de sus aficiones, lo que pasados los años le hizo inclinarse hacia los estudios de diseño gráfico en la Manchester Metropolitan University y que desarrolló entre 1975 y 1978. Una vez terminada su formación, se lanza a la creación del sello discográfico independiente Factory Records, en el que aparecerían las legendarias portadas de los grupos Joe Division y New Order.

Y aunque la palabra “legendaria” suena a término estereotipado que se aplica con cierta ligereza, lo cierto es que la imagen del segundo y último disco de Joe Division es una de las mejores creaciones gráficas que se han hecho para las fundas de los álbumes musicales. Cualquier buen aficionado inmediatamente la identifica, aunque no sepa quién fue su autor.

Pero lo más interesante, dentro de la diversidad de estilos con los que Peter Saville ha estado trabajando, se encuentra en aquellos de carácter minimalista basados en puras formas geométricas o en los de estudios tipográficos, es decir, en los diseños de las letras que servirán para los títulos o para los nombres de las bandas musicales.

Para cerrar este escueto recorrido por la trayectoria de un creador ya sexagenario, quisiera apuntar que en 1993 abandona Londres, ciudad en la que tenía su estudio, para trasladarse a Los Ángeles. En la capital de California trabaja formando parte de la agencia publicitaria Frankfurt Balkind. Doce años más tarde, en 2005, se independiza para crear con dos colegas de profesión el que actualmente es su centro de trabajo: ‘Saville, Parris, Wakefield’.



Joe Division fue una banda británica post-punk de muy corta vida, pues su atormentado líder Ian Curtis, que padecía esquizofrenia, acabó con su vida un par de meses después de que viera la luz su segundo disco. Se forma en 1976, en Salford, Manchester, al tiempo que tres años después de su creación aparecería su primer trabajo con el título de Unknown Pleasures.

Era un buen disco de comienzo. Pero lo que más llamó la atención de todo fue el trabajo gráfico que había realizado Peter Saville para la portada: sobre un fondo totalmente negro, y sin ninguna referencia textual, dado que no se mostraban ni el nombre del grupo ni el título del disco, aparecían trazadas de forma paralela unas líneas blancas que se asemejaban a un conjunto de vibraciones sonoras. Lo cierto es que este enigmático diseño se convirtió en un auténtico icono, de modo que aún hoy se le puede ver en camisetas, tazas, cuadernos o fundas de ordenadores.



La portada del segundo y último disco de la banda británica, Closer, que vio la luz en 1980, parecía un presagio de la tragedia que estaba por venir. Y es que Peter Saville, basándose en una fotografía de Bernard Pierre Wolff, nos muestra en blanco y negro la imagen mortuoria de un panteón del cementerio de Staglieno de Génova, haciendo referencia al sepulcro de Cristo.

Parecía la traslación visual-simbólica de un magnífico álbum, con sonidos en los que la tristeza y la pesadumbre configuran el telón de fondo que acompaña a la voz de Ian Curtis. La tragedia estaba a punto de asomar, puesto que el vocalista de Joe Division optó por quitarse la vida en el dormitorio del hotel estadounidense cuando el grupo tenía previsto iniciar una gira por ese enorme país.



A pesar del impacto del suicidio de Ian Curtis, una vez superado el dolor del drama, los tres miembros restantes (Bernard Sumner, Stephen Morris y Peter Hook) deciden continuar. A ellos se le añade Gillian Gilbert, retomando el sonido de la banda anterior, pero con una nueva denominación: New Order.

Otra vez acuden a Peter Saville para que les realice la portada del primer disco de New Order, Movement, que aparecerá en el año 1981, es decir, un año después del suicidio de quien había sido el líder y vocalista del grupo. En esa portada ya hay cambio con los dos trabajos precedentes. Nos encontramos con una de las líneas o estilo con el que el creador británico trabajará a lo largo del tiempo: el diseño basado en la pura geometría y en una tipografía clara y precisa. Así, en Movement, sobre un fondo verde azulado claro aparecen unas franjas azules, verticales y horizontales, que enmarcan el nombre del grupo y el título del disco.



Posiblemente el disco que mayor éxito haya tenido de New Order a lo largo de su extensa trayectoria fuera el segundo de todos ellos: Power, Corruption & Lies. Vio la luz el 2 de mayo de 1983. La nueva banda, alejada ya de la oscuridad de Joe Division, se adentra en sonidos con base electrónica que la aleja definitivamente del punk con el que comenzara en su trayectoria precedente.

La nueva portada de Peter Saville no daba lugar a dudas: se acabó la tragedia; ahora se busca el disfrute de la vida. Con esta idea, el diseñador británico acudió a una de las conocidas obras del pintor francés Henri Fantin-Latour (1836-1904). Se trata de uno de sus bodegones de flores, lienzos que tanta fama daría a este artista amigo de Courbet y Manet. La única aportación de Saville es una pequeña franja de diversidad cromática que aparece en la esquina superior derecha del cuadro.



Para que comprendamos que Saville nunca abandonó su diseño basado en el geometrismo, traigo la portada del último disco de New Order: se trata de Music Complete, que apareció en el 2015, es decir, hace tres años y nada menos que 34 años después de que la banda se recompusiera tras la muerte de Ian Curtis. Lo cierto es que ya la música del grupo carece de la magia de sus orígenes, reiterándose en los sonidos electrónicos que iniciaron en su segundo trabajo.

De todos modos, hay que reconocer la fidelidad de New Order hacia Peter Saville, dado que este continuó realizando la mayoría de las portadas de la banda. Así, la pura geometría formal y cromática vuelve a aparecer en este trabajo del diseñador británico y que nos recuerda a las obras del artista holandés Piet Mondrian (1872-1944), si no fuera porque el artista de los Países Bajos siempre utilizó las líneas negras que dividían las superficies de cromatismo plano de manera horizontal y vertical; en ningún caso como Saville lo hace, es decir, con franjas inclinadas.



Saville ha trabajado para gente tan diversa como Brian Eno, David Byrne, Ultravox, Pulp o Suede. Pero si hay otro grupo con el que ha desarrollado de manera más abierta su diseño minimalista y geométrico es el grupo británico OMD, acrónimo de Orchestral Manoeuvres in the Dark, banda que se inscribe en la línea denominada synthpop, por el uso habitual del sintetizador.

El tema más conocido de OMD, sin lugar a dudas, es Enola Gay, de contenido pacifista y que hace referencia al nombre del avión que arrojó la primera bomba atómica sobre la ciudad japonesa de Hiroshima. Apareció en 1980, dentro del álbum de OMD titulado Organisation. Era el segundo de ese mismo año, ya que el primero había visto la luz con el mismo nombre de la banda meses antes.

Así, la portada del primer álbum de OMD es de una extrema sencillez formal, puesto que, sobre un fondo azul, se inscribe un cuadro formado por pequeños rectángulos cerrados con semicírculos de cromatismo anaranjado y que parecen flotar de manera inclinada.



Cerramos este recorrido por la obra de Peter Saville con la portada que realizó para el último disco de OMD, English Electric, y que apareció en el año 2017.

El diseño se inscribe dentro del constructivismo, la corriente creativa de artistas y arquitectos rusos que se afianzó tras el triunfo de la Revolución de Octubre de 1917. Numerosos creadores constructivistas, entre los que se encontraban Vladimir Tatlin, El Lissitzky o Naum Gabo, abogaron por una orientación de las artes plásticas basadas en la predominancia de la geometría en los diseños gráficos. Esta corriente tuvo continuidad en el constructivismo holandés, De Stijl, llegando a nuestros días de la mano de diseñadores como es el caso de Peter Saville.

AURELIANO SÁINZ