El Parlamento de Andalucía ha decidido financiar con 30.000 euros un proyecto de la Fundación Social Universal (FSU) dirigido a la promoción empresarial de jóvenes emprendedores pertenecientes a las poblaciones vulnerables del Valle del Cusco, en Perú, dentro de los sectores de carpintería y producción pecuaria. La subvención concedida cubre cerca del 70 por ciento del coste total del proyecto.
"El dinamismo y el crecimiento de la economía peruana de los últimos años convive con altos niveles de pobreza, precariedad del empleo y exclusión económica y social, especialmente las zonas rurales y comunidades indígenas", explicó el coordinador de la FSU, Juan Manuel Márquez.
Para el portavoz de la oenegé montillana, "si bien se ha registrado un avance en varios indicadores sociales, el crecimiento no ha llegado suficientemente a la mayoría de la ciudadanía y la pobreza todavía afecta a un alto porcentaje de la población, que se sitúa en el 36,2 por ciento a nivel nacional".
Uno de los principales problemas que afecta a la población juvenil cusqueña es la alta tasa de desempleo y subempleo, éste último en torno al 55 por ciento. "A pesar de que desde el Gobierno central se está promoviendo políticas públicas orientadas a la cualificación de la mano de obra, el sistema educativo está orientado a la formación de profesionales con interés de pertenecer al grupo de trabajadores dependientes", señaló Márquez, quien aseguró que los jóvenes de esta región "no muestran interés en la formación de negocios propios, capaces de generar autoempleo y contribuir con el desarrollo de la economía del país".
Por otra parte, la FSU ha constatado que la continuidad de los proyectos de emprendimiento es muy débil, de manera que muy pocos empresarios llegan a constituir unidades económicas o negocios sostenibles y con capacidad de acumulación.
"Las causas son atribuibles a la falta de información y desconocimiento del negocio y del comportamiento del mercado, así como a la incipiente o inexistente experiencia empresarial y, sobre todo, el escaso desarrollo de una cultura empresarial", destacó el coordinador de la FSU.
Así, en la práctica diaria, los técnicos de la entidad montillana han observado cómo los jóvenes creadores de negocios de pequeña escala se lanzan a la actividad empresarial sin tener los conocimientos y las herramientas técnicas y de gestión más elementales.
De esta forma, el proyecto de la FSU –que se enmarca dentro de los objetivos del Centro Guaman Poma de Ayala, que colabora con la entidad montillana– busca potenciar las capacidades técnico-productivas y de gestión empresarial de jóvenes de las zonas vulnerables del Valle de Cusco dedicados a la carpintería y a la producción pecuaria, en vista de que dichas actividades tienen alta demanda a nivel regional y la capacidad de rotación de los productos es de mayor rapidez.
"También queremos promover la participación activa de las mujeres, como actores principales en la dirección de negocios", detalló Juan Manuel Márquez, quien manifestó la necesidad de "involucrar activamente a todos los miembros de la familia" para permitirles obtener recursos adicionales.

"El dinamismo y el crecimiento de la economía peruana de los últimos años convive con altos niveles de pobreza, precariedad del empleo y exclusión económica y social, especialmente las zonas rurales y comunidades indígenas", explicó el coordinador de la FSU, Juan Manuel Márquez.
Para el portavoz de la oenegé montillana, "si bien se ha registrado un avance en varios indicadores sociales, el crecimiento no ha llegado suficientemente a la mayoría de la ciudadanía y la pobreza todavía afecta a un alto porcentaje de la población, que se sitúa en el 36,2 por ciento a nivel nacional".
Uno de los principales problemas que afecta a la población juvenil cusqueña es la alta tasa de desempleo y subempleo, éste último en torno al 55 por ciento. "A pesar de que desde el Gobierno central se está promoviendo políticas públicas orientadas a la cualificación de la mano de obra, el sistema educativo está orientado a la formación de profesionales con interés de pertenecer al grupo de trabajadores dependientes", señaló Márquez, quien aseguró que los jóvenes de esta región "no muestran interés en la formación de negocios propios, capaces de generar autoempleo y contribuir con el desarrollo de la economía del país".
Por otra parte, la FSU ha constatado que la continuidad de los proyectos de emprendimiento es muy débil, de manera que muy pocos empresarios llegan a constituir unidades económicas o negocios sostenibles y con capacidad de acumulación.
"Las causas son atribuibles a la falta de información y desconocimiento del negocio y del comportamiento del mercado, así como a la incipiente o inexistente experiencia empresarial y, sobre todo, el escaso desarrollo de una cultura empresarial", destacó el coordinador de la FSU.
Así, en la práctica diaria, los técnicos de la entidad montillana han observado cómo los jóvenes creadores de negocios de pequeña escala se lanzan a la actividad empresarial sin tener los conocimientos y las herramientas técnicas y de gestión más elementales.
De esta forma, el proyecto de la FSU –que se enmarca dentro de los objetivos del Centro Guaman Poma de Ayala, que colabora con la entidad montillana– busca potenciar las capacidades técnico-productivas y de gestión empresarial de jóvenes de las zonas vulnerables del Valle de Cusco dedicados a la carpintería y a la producción pecuaria, en vista de que dichas actividades tienen alta demanda a nivel regional y la capacidad de rotación de los productos es de mayor rapidez.
"También queremos promover la participación activa de las mujeres, como actores principales en la dirección de negocios", detalló Juan Manuel Márquez, quien manifestó la necesidad de "involucrar activamente a todos los miembros de la familia" para permitirles obtener recursos adicionales.
REDACCIÓN / CAMPIÑA DIGITAL