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Una misión encabezada por el obispo sigue los pasos de San Francisco Solano en Perú

Una misión encabezada por el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ha seguido los pasos de San Francisco Solano en Perú, en cuya capital, Lima, falleció el 14 de julio de 1610. El titular de la Diócesis estuvo acompañado por el delegado diocesano de Misiones, Antonio Evans, y por los sacerdotes Manuel Montilla y Carlos Linares.

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Durante su estancia en el país andino, la delegación diocesana ha convivido con los 16 misioneros cordobeses que, continuando el ejemplo del patrón de Montilla, desarrollan su labor en la parroquia de Picota.

"En tres años han formado una comunidad viva, de 40.000 habitantes, con 108 poblados, muchos de los cuales van teniendo templo gracias a su labor", destaca Carlos Linares, párroco de Santa Marina en Córdoba y canónigo de la Santa Iglesia Catedral, quien alaba la "gran labor evangelizadora" que estos cordobeses están desarrollando en unas tierras en las que, ya en el siglo XVI, San Francisco Solano difundió el evangelio.

"En la basílica de San Francisco de Lima me llamó especialmente la atención la capilla dedicada a El Santo, toda ella decorada con motivos, cuadros y reliquias pequeñas de Solano", detalla Carlos Linares que, durante ocho años, fue párroco de San Francisco Solano en Montilla, de ahí su especial interés por empaparse de todos los enclaves vinculados al Taumaturgo del Nuevo Mundo.

Precisamente, en esa capilla dedicada al franciscano montillano se conservó, hasta su desaparición, la famosa reliquia del cráneo que visitó la localidad de la Campiña Sur en julio de 1989. "El director del museo me confirmó que de esa estancia entonces mal asegurada, y tal vez con el señuelo de tan hermoso relicario, sustrajeron el cráneo de nuestro santo: ese es, y no otro, el misterio de la desaparición de la reliquia", afirma Carlos Linares.

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Otro lugar solanista visitado por la misión diocesana fue la celda en la que murió el Evangelizador de las Américas, donde se conservan la cama que usó y las parihuelas que se usaron en el entierro que, según las crónicas de la época, se celebró "en olor de santidad".

Demetrio Fernández y Carlos Linares, que es además director del Secretariado Diocesano de Peregrinaciones, conocieron igualmente el trabajo que desarrollan las religiosas montillanas Carmen Leiva y Concepción Contreras, además del laico José María Gómez García. También visitaron a la comunidad de religiosas obreras de Shamboyacu.

J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
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