Al objeto de mejorar la calidad de los vinos que se elaboren a partir de la presente campaña, el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles ha dado a conocer las normas que deben seguirse durante la vendimia que, un año más, vuelve a ser la primera de Europa gracias a las peculiaridades climatológicas de la comarca.
De esta forma, el máximo órgano de control de los caldos cordobeses recomienda a los viticultores cortar la uva que se pueda molturar en el día, preferentemente por la mañana, cuidándola durante el transporte al lagar. Con estas medidas, se pretenden evitar las fermentaciones anticipadas en las lonas utilizadas para el transporte del fruto, así como la aparición de levaduras no aptas, que actuarían en detrimento de la calidad de los vinos.
Como en años anteriores, el Consejo Regulador ha instado a los viticultores a realizar dos cortas, dejando el tiempo necesario entre la primera recolecta de uva mayor y la segunda, con objeto de que el cencerrón madure de manera óptima.
En años anteriores, el órgano que controla la calidad de los vinos que se crían en el marco cordobés venía prohibiendo expresamente el almacenamiento de la uva en la viña, la utilización de sacos de plástico y el aplastamiento o apisonado de la uva tanto en cajas como en remolques, prácticas que, sin embargo, no se citan este año en las Normas de Vendimia 2013/2014.
Del mismo modo, los productores deberán desinfectar diariamente los vehículos, cajas y lonas que entren en contacto con el fruto, para lo que las bodegas deberán poner a disposición de viticultores y transportistas agua abundante para estos fines.
Además de exigir una graduación mínima en la uva mayor y en el cencerrón de la variedad Pedro Ximénez con destino a la elaboración de vinos generosos y dulces, el organismo presidido por Francisco Javier Martín insta todos los años a lagares, bodegas y cooperativas a separar el mosto yema del mosto color, al objeto de mejorar la calidad y corregir los excedentes de producción. En ese sentido, el servicio de Inspección del Consejo suele comprobar mediante aforos esta separación por calidades.
Para los lagares que no fermentan los caldos en depósitos metálicos con control térmico, el Consejo Regulador suele recomendar que se utilicen frecuentes rocíos en los conos para evitar su elevación, así como controlar la densidad de los mostos hasta el total desdoblamiento de los azúcares. Lógicamente, las normas de vendimia exigen el empleo de uva sana y madura para la elaboración de los vinos protegidos por la Denominación de Origen.

De esta forma, el máximo órgano de control de los caldos cordobeses recomienda a los viticultores cortar la uva que se pueda molturar en el día, preferentemente por la mañana, cuidándola durante el transporte al lagar. Con estas medidas, se pretenden evitar las fermentaciones anticipadas en las lonas utilizadas para el transporte del fruto, así como la aparición de levaduras no aptas, que actuarían en detrimento de la calidad de los vinos.
Como en años anteriores, el Consejo Regulador ha instado a los viticultores a realizar dos cortas, dejando el tiempo necesario entre la primera recolecta de uva mayor y la segunda, con objeto de que el cencerrón madure de manera óptima.
En años anteriores, el órgano que controla la calidad de los vinos que se crían en el marco cordobés venía prohibiendo expresamente el almacenamiento de la uva en la viña, la utilización de sacos de plástico y el aplastamiento o apisonado de la uva tanto en cajas como en remolques, prácticas que, sin embargo, no se citan este año en las Normas de Vendimia 2013/2014.
Del mismo modo, los productores deberán desinfectar diariamente los vehículos, cajas y lonas que entren en contacto con el fruto, para lo que las bodegas deberán poner a disposición de viticultores y transportistas agua abundante para estos fines.
Además de exigir una graduación mínima en la uva mayor y en el cencerrón de la variedad Pedro Ximénez con destino a la elaboración de vinos generosos y dulces, el organismo presidido por Francisco Javier Martín insta todos los años a lagares, bodegas y cooperativas a separar el mosto yema del mosto color, al objeto de mejorar la calidad y corregir los excedentes de producción. En ese sentido, el servicio de Inspección del Consejo suele comprobar mediante aforos esta separación por calidades.
Para los lagares que no fermentan los caldos en depósitos metálicos con control térmico, el Consejo Regulador suele recomendar que se utilicen frecuentes rocíos en los conos para evitar su elevación, así como controlar la densidad de los mostos hasta el total desdoblamiento de los azúcares. Lógicamente, las normas de vendimia exigen el empleo de uva sana y madura para la elaboración de los vinos protegidos por la Denominación de Origen.
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
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