Los aceites de Luque, con tres condecoraciones, Baena, con dos distinciones y Albendín, con una, fueron los protagonistas de la vigésima edición de los Premios a la Calidad de la Denominación de Origen Baena que se celebraron recientemente en la almazara de Núñez de Prado con el propósito de reconocer la calidad de las numerosas olivareras de la región.
Los premios se dividieron en tres categorías. En la correspondiente a los aceites frutados maduros, la medalla de oro fue otorgada a la olivarera Santa Rita de Luque, mientras que la plata la recibió la cooperativa Nuestra Señora del Rosario, del mismo municipio. Por su parte, en la categoría de frutados verdes dulces o no amargos, la máxima distinción fue para la empresa olivarera Sucesores de Hermanos López de Luque y la segunda para la cooperativa baenense Germán Baena.
En la última categoría, donde quedaban englobados los aceites frutados verdes amargos, el el primer premio recayó en la almazara Nuestra Señora de Guadalupe de Baena, mientras que el segundo lo hizo en la olivarera Cortijo Suerte Alta de Albendín.
El acto de entrega de los premios contó con la presencia de la directora de Industrias y Calidad Agroalimentaria, Ana María Romero, que vertebró su discurso en torno a los retos fundamentales a los que se enfrenta el sector del aceite, tales como la negociación y acuerdo de una Política Agraria Común beneficiosa para todos, la apuesta por la calidad del producto o la necesidad de una alta competitividad que revierta en una comercialización destacada para los aceites de la región.
Por su parte, el delegado de Agricultura de la Junta de Andalucía en Córdoba, Francisco Zurera, destacó la necesidad de “reducir los costes por un lado y la diferenciación de la calidad por otro, apostado siempre por seguir apostando por la innovación que será la que nos permita rebajar los costes desde el campo sin mermar la calidad que es la que nos tiene que diferenciar del resto de aceites”.
Por último, la alcaldesa de Baena, María Jesús Serrano, abogó por defender el precio del aceite para favorecer la rentabilidad de las almazaras, llevando la calidad por bandera y por posicionar al aceite virgen extra en la primera división, como un producto gourmet.
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En la última categoría, donde quedaban englobados los aceites frutados verdes amargos, el el primer premio recayó en la almazara Nuestra Señora de Guadalupe de Baena, mientras que el segundo lo hizo en la olivarera Cortijo Suerte Alta de Albendín.
El acto de entrega de los premios contó con la presencia de la directora de Industrias y Calidad Agroalimentaria, Ana María Romero, que vertebró su discurso en torno a los retos fundamentales a los que se enfrenta el sector del aceite, tales como la negociación y acuerdo de una Política Agraria Común beneficiosa para todos, la apuesta por la calidad del producto o la necesidad de una alta competitividad que revierta en una comercialización destacada para los aceites de la región.
Por su parte, el delegado de Agricultura de la Junta de Andalucía en Córdoba, Francisco Zurera, destacó la necesidad de “reducir los costes por un lado y la diferenciación de la calidad por otro, apostado siempre por seguir apostando por la innovación que será la que nos permita rebajar los costes desde el campo sin mermar la calidad que es la que nos tiene que diferenciar del resto de aceites”.
Por último, la alcaldesa de Baena, María Jesús Serrano, abogó por defender el precio del aceite para favorecer la rentabilidad de las almazaras, llevando la calidad por bandera y por posicionar al aceite virgen extra en la primera división, como un producto gourmet.
JESÚS CRUZ ÁLVAREZ / REDACCIÓN
