Bodegas Robles abrió ayer sus puertas a la moda en vivo al acoger una fascinante acción creativa del reconocido diseñador cordobés José Perea, quien elaboró en directo un vestido y un abrigo en una original propuesta navideña en la que el vino y la alta costura dialogaron sin prisas en un maridaje más que singular.
La intervención partió de una inspiración "profundamente vinculada al universo del espumoso y a la identidad de Montilla-Moriles", tal y como explicó el propio diseñador cordobés, quien creó un vestido de color plata que, como detalló, nació "como una evocación de la burbuja y de la tensión luminosa" del Robles Brut Nature, el primer vino espumoso elaborado íntegramente con uvas de la variedad Pedro Ximénez.
A su vez, el abrigo que lució la modelo, de tono espuma, se concibió como una interpretación de la corona del espumoso, "símbolo de celebración, ligereza y movimiento". Ambas piezas cobraron vida ante la mirada del público, convirtiendo la costura en un gesto dinámico que avanzaba al mismo ritmo que la crianza silenciosa del vino.
Aguja, hilo y tejido fueron tomando forma en un espacio cargado de memoria, reproduciendo valores compartidos con la elaboración vinícola: precisión, paciencia, respeto al proceso y verdad del origen. En ese contexto, José Perea explicó el sentido de su propuesta creativa al señalar que "la burbuja no es solo forma: es tiempo y energía contenida. El plata y la espuma me permiten coser esa sensación en directo, aquí, donde el vino cobra sentido".
Desde la bodega montillana, santo y seña de la producción ecológica en Andalucía, se subrayó que esta acción refleja su manera de entender la cultura del vino, abierta a otros lenguajes creativos y comprometida con generar experiencias auténticas.
En ese sentido, el gerente de Bodegas Robles, Francisco Robles, afirmó que el Robles Brut Nature es "origen y celebración", por lo que "ver su esencia traducida en moda, y además en tiempo real, refuerza nuestra visión del vino como expresión cultural".
La actuación se integró en la programación cultural de Bodegas Robles, un espacio donde el vino se concibe como punto de encuentro entre naturaleza, técnica y creación contemporánea. No es una idea improvisada. Bodegas Robles, referente de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles, elabora vinos desde 1927 y decidió a comienzos de los años dos mil dar el paso hacia la viticultura ecológica y el trabajo con levaduras autóctonas. Ese cambio de rumbo desembocó en un modelo centrado en la sostenibilidad social, económica y medioambiental y en los compromisos con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Francisco Robles subrayó que "el mensaje es sencillo: cuanto más cuidamos el ecosistema, mejor producción de vino y de uva obtenemos a largo plazo", y recalcó que "después de más de dos décadas promoviendo la biodiversidad en nuestros viñedos, reconocimientos como el TOP15 de Bodegas de la Década (2011 a 2020) nos confirman que elegimos el lado correcto".
De igual modo, el responsable de la firma insistió en el papel de la cubierta vegetal como “cualidad diferenciada” de sus vinos y como “primera línea de defensa contra el cambio climático”, especialmente en un país donde la mayoría de las vides son de secano y la pérdida de suelo y carbono orgánico supone uno de los grandes retos medioambientales.
En el viñedo familiar se ha desarrollado así una cubierta vegetal de especies silvestres autóctonas, como trebolinas, amapolas o leguminosas, que fijan nitrógeno y protegen el suelo. Una apuesta que convierte a Bodegas Robles en una referencia de innovación, calidad y sostenibilidad y que representa el 40 por ciento de las hectáreas de viñedo ecológico de la provincia de Córdoba.
En lo que respecta al Robles Brut Nature, eje simbólico de la acción creativa desarrollada ayer, surgió tras cinco años de colaboración con el Instituto de Formación Agraria y Pesquera (Ifapa) de Cabra, con una vendimia cuidada para recoger las uvas a primera hora de la mañana con 10,5 grados Baumé.
Su crianza en rimas y el uso del método champenoise permiten obtener un espumoso con menos de tres gramos de azúcar por litro, burbuja natural y persistente, y aromas que recuerdan al brioche, la magdalena o el pan recién horneado, siempre desde la identidad de la variedad Pedro Ximénez.
Nacido en la localidad cordobesa de Hinojosa del Duque, José Perea es un diseñador reconocido por unir alta costura, artesanía y performance, convirtiendo la costura en un acto vivo donde el proceso creativo forma parte esencial de la obra.
Autodidacta y sin formación reglada en moda, inició su trayectoria mostrando su primera colección, Sueño de las Musas, tras participar en un concurso local en 2013. Desde entonces, su carrera ha crecido entre premios, colaboraciones solidarias y presencia en pasarelas y programas de televisión.
Ha sido imagen en FITUR como diseñador LGTBI, ha participado en la pasarela Simof con colecciones de gran repercusión y ha creado en directo con fines benéficos. Sus diseños han llegado a Nueva York y han sido lucidos por figuras como Thalia, Pastora Soler, Anne Igartiburu o Rocío Carrasco.
En 2023, José Perea recibió la medalla de plata de Hinojosa del Duque y diversos reconocimientos autonómicos y nacionales, consolidando una trayectoria que sigue explorando nuevas formas de expresión, como la vivida ayer entre botas de vino y burbujas de espumoso.
La intervención partió de una inspiración "profundamente vinculada al universo del espumoso y a la identidad de Montilla-Moriles", tal y como explicó el propio diseñador cordobés, quien creó un vestido de color plata que, como detalló, nació "como una evocación de la burbuja y de la tensión luminosa" del Robles Brut Nature, el primer vino espumoso elaborado íntegramente con uvas de la variedad Pedro Ximénez.
A su vez, el abrigo que lució la modelo, de tono espuma, se concibió como una interpretación de la corona del espumoso, "símbolo de celebración, ligereza y movimiento". Ambas piezas cobraron vida ante la mirada del público, convirtiendo la costura en un gesto dinámico que avanzaba al mismo ritmo que la crianza silenciosa del vino.
Aguja, hilo y tejido fueron tomando forma en un espacio cargado de memoria, reproduciendo valores compartidos con la elaboración vinícola: precisión, paciencia, respeto al proceso y verdad del origen. En ese contexto, José Perea explicó el sentido de su propuesta creativa al señalar que "la burbuja no es solo forma: es tiempo y energía contenida. El plata y la espuma me permiten coser esa sensación en directo, aquí, donde el vino cobra sentido".
Desde la bodega montillana, santo y seña de la producción ecológica en Andalucía, se subrayó que esta acción refleja su manera de entender la cultura del vino, abierta a otros lenguajes creativos y comprometida con generar experiencias auténticas.
En ese sentido, el gerente de Bodegas Robles, Francisco Robles, afirmó que el Robles Brut Nature es "origen y celebración", por lo que "ver su esencia traducida en moda, y además en tiempo real, refuerza nuestra visión del vino como expresión cultural".
La actuación se integró en la programación cultural de Bodegas Robles, un espacio donde el vino se concibe como punto de encuentro entre naturaleza, técnica y creación contemporánea. No es una idea improvisada. Bodegas Robles, referente de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles, elabora vinos desde 1927 y decidió a comienzos de los años dos mil dar el paso hacia la viticultura ecológica y el trabajo con levaduras autóctonas. Ese cambio de rumbo desembocó en un modelo centrado en la sostenibilidad social, económica y medioambiental y en los compromisos con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Francisco Robles subrayó que "el mensaje es sencillo: cuanto más cuidamos el ecosistema, mejor producción de vino y de uva obtenemos a largo plazo", y recalcó que "después de más de dos décadas promoviendo la biodiversidad en nuestros viñedos, reconocimientos como el TOP15 de Bodegas de la Década (2011 a 2020) nos confirman que elegimos el lado correcto".
De igual modo, el responsable de la firma insistió en el papel de la cubierta vegetal como “cualidad diferenciada” de sus vinos y como “primera línea de defensa contra el cambio climático”, especialmente en un país donde la mayoría de las vides son de secano y la pérdida de suelo y carbono orgánico supone uno de los grandes retos medioambientales.
En el viñedo familiar se ha desarrollado así una cubierta vegetal de especies silvestres autóctonas, como trebolinas, amapolas o leguminosas, que fijan nitrógeno y protegen el suelo. Una apuesta que convierte a Bodegas Robles en una referencia de innovación, calidad y sostenibilidad y que representa el 40 por ciento de las hectáreas de viñedo ecológico de la provincia de Córdoba.
En lo que respecta al Robles Brut Nature, eje simbólico de la acción creativa desarrollada ayer, surgió tras cinco años de colaboración con el Instituto de Formación Agraria y Pesquera (Ifapa) de Cabra, con una vendimia cuidada para recoger las uvas a primera hora de la mañana con 10,5 grados Baumé.
Su crianza en rimas y el uso del método champenoise permiten obtener un espumoso con menos de tres gramos de azúcar por litro, burbuja natural y persistente, y aromas que recuerdan al brioche, la magdalena o el pan recién horneado, siempre desde la identidad de la variedad Pedro Ximénez.
Un emblema de la moda cordobesa
Nacido en la localidad cordobesa de Hinojosa del Duque, José Perea es un diseñador reconocido por unir alta costura, artesanía y performance, convirtiendo la costura en un acto vivo donde el proceso creativo forma parte esencial de la obra.
Autodidacta y sin formación reglada en moda, inició su trayectoria mostrando su primera colección, Sueño de las Musas, tras participar en un concurso local en 2013. Desde entonces, su carrera ha crecido entre premios, colaboraciones solidarias y presencia en pasarelas y programas de televisión.
Ha sido imagen en FITUR como diseñador LGTBI, ha participado en la pasarela Simof con colecciones de gran repercusión y ha creado en directo con fines benéficos. Sus diseños han llegado a Nueva York y han sido lucidos por figuras como Thalia, Pastora Soler, Anne Igartiburu o Rocío Carrasco.
En 2023, José Perea recibió la medalla de plata de Hinojosa del Duque y diversos reconocimientos autonómicos y nacionales, consolidando una trayectoria que sigue explorando nuevas formas de expresión, como la vivida ayer entre botas de vino y burbujas de espumoso.
JUAN PABLO BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR






































