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Ángel Fernández Millán | Un poco de Historia, por favor

El 25 de noviembre, el Centro de Estudios Andaluces, dependiente de la Consejería de la Presidencia, Interior, Diálogo Social y Simplificación Administrativa, envió un correo informando de las actividades con motivo del Día de la Bandera Andaluza que se celebra por primera vez el 4 de diciembre de 2022, efeméride establecida por la Junta de Andalucía el pasado 8 de noviembre.


Repasé la información sobre las previsiones y no encontré ninguna referencia al asesinato en Málaga el 4 de diciembre de 1977 de Manuel García Caparrós, el joven de 18 años muerto por el disparo de un policía, identificado por los historiadores, pero que nunca fue investigado ni encausado.

Pensé, ingenuo de mí, que en la pestaña para ampliar información que traía el correo encontraría alguna referencia. Nada más lejos de la realidad: la página web del Museo de la Autonomía, que informa más extensamente del programa de actos, ignora absolutamente la represión con un fallecido y varios heridos que hubo en la manifestación de Málaga ese día cruel y aciago de 1977.

El presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno Bonilla, se comprometió el 19 de octubre último, en la presentación del libro Por un poder andaluz, de José Luis Villar, a recoger la propuesta lanzada por Alejandro Rojas-Marcos en ese mismo acto para declarar el 4 de diciembre Día de la Bandera Andaluza.

El nacionalismo andaluz reivindicó siempre esta fecha como la idónea para el Día de Andalucía pero, finalmente, se optó por el 28 de Febrero. Ahora, cuando el Partido Popular se ha embarcado en su particular recuperación del andalucismo, asistimos a una corrección de la historia mediante la supresión de todos los hitos polémicos y molestos para el revisionismo que practica la derecha española sobre nuestra memoria democrática.

Ignorar la muerte de Manuel García Caparrós en su cincuenta aniversario es coherente con lo que hizo la Mesa del Congreso de los Diputados –con mayoría del PP– al vetar la difusión de las actas de la comisión parlamentaria que investigó en 2017 la actuación policial que acabó con la vida del joven malagueño. Menos mal que, hace unos días, el Parlamento andaluz ha acordado solicitar la desclasificación de este expediente, así como declarar Lugar de Memoria el sitio donde Caparrós recibió la bala.

Esperemos que la reciente entrada en vigor de la Ley de Memoria Democrática y la futura ley de Secretos Oficiales permitan el libre acceso a las actas de la comisión de investigación de 2017 y a todos los expedientes relacionados con el asesinato de García Caparrós.

Falta que el 4 de Diciembre sea también el día que se le recuerde, junto al homenaje a la bandera. Su familia y Andalucía entera anhelan que se salde esa deuda de verdad y transparencia. Un poco de Historia, por favor.

ÁNGEL FERNÁNDEZ MILLÁN