Ir al contenido principal

Antonio López Hidalgo | Palabras para olvidar un año de tragedia

2020: un año, una cifra, una tragedia. Yo definiría el año como un siniestro total: Tú, por poner, le pones música incluso a una fecha. Duelo con tanto dolor: ¿redundancia? “España, a un paso de la fatiga pandémica. Se trata de una desmotivación por parte de los ciudadanos a la hora de seguir las medidas preventivas”.


Doña Alicia, un relato de Ana Merino: “Eran las últimas Navidades de Elena en la residencia antes de jubilarse como cuidadora de ancianos y quería despedirse poniendo el nacimiento”. 

Laurence Tubiana, presidenta de la Fundación Europea para el Clima: “La pandemia será un punto de inflexión en la lucha climática”. ¿Le gustaría morir?: Sí, pero después del virus, si pudiera ser, mucho después. ¿Su vida ha cambiado en algo este año?: En nada; mucho antes ya había perdido toda esperanza. ¿Morir, así como así?: Me parece una insensatez. Dime que me quieres: Total, para el tiempo que nos queda; sí, te quiero, siempre te quise, pero te lo digo entre tú y yo. ¿Qué harías por mí?: No sé, ¿vacunarme? Rusia se nos sube a la luna: pone en órbita mundial su vacuna Sputnik V. Los niños se infectan, contagian y sufren menos. 

Noelia Ramírez: “Las calles se vaciarían de humanos, pero no estaban tan muertas ni desiertas como aquellas imágenes hipnóticas nos hicieron creer: ahí fue cuando los pájaros alzaron la voz y reconquistaron espacios”. 

José Mota, cómico: “Ha sido terrible. Más que 2020 es 2000 vete”. ¿Dónde quedó el futuro de los jóvenes, la generación mejor preparada? Coronavirus: ¿Cómo llevas lo de vivir sin sexo? Jode, la verdad. “Johnson prohíbe las reuniones navideñas para frenar la nueva variante del virus”. 

Manuel Rodríguez Rivero: “Las pandemias nos han permitido reconstruir nuestra panoplia de héroes. Aparte del amplio espectro de sanitarios, de ancianos sobrevivientes en las residencias, de los comerciantes de proximidad que no han bajado la persiana, de los hosteleros a media jornada, se hace necesario homenajear a los libreros”.

Alessandro Baricco, escritor: “Deberíamos tener el valor de admitir que la pandemia es un escenario que nos hemos buscado, que de alguna manera esperábamos y que incluso hemos generado instintivamente”. 

José María Brunet: “El Supremo inadmitió ayer las querellas contra el Gobierno central y el Ejecutivo de la Comunidad de Madrid por su gestión de la pandemia al no apreciar indicios de delito. El tribunal estimó que no cabe establecer una relación de causa-efecto entre la supuesta desinformación del Gobierno y las consecuencias de la extensión de la covid-19: ‘No está debidamente justificada la autoría de los hechos punibles atribuidos a los miembros del Ejecutivo’. Tampoco lo está en relación con la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso”.

“Las autonomías ultiman medidas dispares a una semana de Navidad: Madrid, Asturias, Cataluña y Castilla y León endurecen las limitaciones. Un 80 por ciento de los españoles plantea pasar las fiestas solo con sus convivientes, según una encuesta”. 

Javier Salas: “Será un fin de año diferente. Con restricciones, mascarillas y distancia social’, asegura la Comisión Europea en su plan para las Navidades pandémicas. Y señala: ‘El esfuerzo de cada uno cuenta’. Pero la conversación en España se ha volcado casi por completo en el esfuerzo de los ciudadanos”. “El injerto de pelo en Turquía que provocó un brote en Badajoz: De un grupo de 19 vecinos de Calamonte que viajaron juntos para someterse al implante, 16 han dado positivo”.

María Amaya, en Cartas al Director de El País: “Tengo el menor número de contactos posibles, no me salto las normas, no entro al interior de bares, etcétera. Vivo fuera de mi comunidad y ahora, con la Navidad, se vuelven a imponer restricciones, la solución es no permitir desplazamientos, pero, mientras tanto, disfrutar de los bares e interior de restaurantes de la comunidad donde vivimos. ¿El virus solo se activa si cambias de comunidad? ¿Cuidarnos consiste en no ver a tu familia en otra comunidad pero poder ver a conocidos, que son menos allegados, en cualquier bar y sin mascarilla? Que alguien me lo explique”. 

Montserrat Domínguez, periodista: “2020 ha sido un año negro, sin paliativos. Nunca sospechamos que la globalización era también esto: un minúsculo meteorito que impacta en Wuhan y transmite su capacidad destructiva a la velocidad del rayo hasta el último rincón del planeta. Pero la globalización también era un formidable esfuerzo científico, económico, cooperativo y logístico transnacional para encontrar y distribuir en tiempos récord el antídoto contra uno de los virus más escurridizos de la historia”.

PALABRAS CLAVE: Pandemia. Confinamiento. Soledad. Frustración. Perimetralmente quieto. Esperanza. Desesperanza. Desesperación. Impresionante. Feo. Pájaros. Vacío. Intolerancia a la inquietud. Luz. Primavera rota. Juguetes rotos. Ruptura. Sexo sin besos. Sexo sin sexo: ¿de qué habla este? Llamadas terapéuticas. Mascarillas terapéuticas. Improvisación. Sospecha. Rebajas para clientes no motivados. Comercios cerrados. Bares cerrados. Ciudadanos enclaustrados. Desescalada. 

Estadísticas. Enfermos. Muertos. Coches fúnebres. Fernando Simón versus rueda de prensa intermitente. Navidad. Lotería. Este año ya nos tocó el gordo. Residencias de ancianos. Residencias sin ancianos. Residencias de pena. La pena negra. La noche negra. Un mundo negro. El folio siempre en blanco. El miedo al folio en blanco. Miedo a infectarnos. Miedo a las alturas. Cerote. Miedo y Asco en Las Vegas. Miedo a las ventanas cerradas. Bibliografía del coronavirus: todavía incompleta. Distancia. Pero no se trata de la canción de Roberto Carlos. 

Negro. Maldito. Año negro. Noche. Año negro y maldito. Vacunas. Tratamientos paliativos. Secuelas. Globalización. Localización. Huéspedes. Rastros. Huellas. Dolor. Indoloro. Invisible. Imposible. Amanece, que tampoco es poco. Poco es nada. Nada en el horizonte. Nada hacia donde puedas, mientras puedas nada a contracorriente. Camarón que se duerme, advierte el aforismo. Hechos toscos. Frases hechas, henchidas, echadas al aire estancado de un año sombrío, maldito, gris, gris casi negro, negro sin más, muy negro, negro tizón. No estoy para nadie. Lo siento. Las palabras me inquietan, me muerden. 

Diagnóstico reservado. Vino de reserva. Reservas hechas a ninguna parte. El nido. Otra vez los pájaros. Las gaviotas sobrevuelan nuestras sombras. Se apoderan de las playas. Es su hábitat, antes robado. El espacio se reduce. Casa tomada. Ya lo advirtió Julio Cortázar. El ser humano nunca anda seguro en ninguna parte. Obviamente: el mundo no nos pertenece. Esta ya es otra desescalada. Inevitable.

A CONTRACORRIENTE 
Entrevista con el autor de este artículo

—Por favor, defíname este año, 2020.

—No tengo palabras.

—¿Teme a la covid-19?

—Tanto como a Hacienda. Ambos dejan secuelas y perforan los sueños.

—¿Se vacunará?

—Me vacunarán.

—¿Qué aprendió del confinamiento?

—Que me quedan muchos libros por leer.

—¿Viajará en Navidad?

—Claro, al fin de la noche.

—¿Cenará con sus allegados?

—No. Son demasiados.

—Elija solo unos cuantos.

—Se enfadarían los demás.

—¿Echa de menos la vida que hemos dejado atrás?

—En absoluto. Esta, tampoco. Tendremos que reinventarnos. Me cansan los lugares comunes.

—¿Ha visto algo positivo en esta crisis?

—Sin duda. Los baños de los bares se pueden visitar sin miedo a no poder regresar.

—¿El teletrabajo es una solución plausible?

—La empatía no se puede envasar en frascos.

—El perfume, sí.

—La empatía apestaría a chamusquina.

—¿No le da la impresión de que este mundo tiene goteras?

—Aunque ha llovido poco, las tiene. Y no son virtuales.

—¿Algún día lloverá a gusto de todos?

—No sé. Pero ya lo cantaba Pablo Guerrero. Tiene que llover a cántaros. Entonces, claro, no será a gusto de todos.

—¿Cree en el diluvio?

—Tal vez el diluvio sea una metáfora desafortunada de este virus.

—¿Nos empapará a todos?

—Ya nos chorrea gota a gota a todos. Pero no queremos ver.

—¿Ha echado de menos a alguien este año?

—Para empezar, a mí mismo.

—¿Un poco egocéntrico tal vez?

—Ahora sí. Sin duda.

—¿Espera a alguien?

—Para ese encuentro vivo.

—¿Y no desfallece?

—Si me dejara llevar, la vida no tendría sentido.

—Le veo con ánimos.

—Bueno, el brandy también ayuda.

—¿Afuera hace frío?

—No salgo. Ahora la gente no me gusta.

—¿Por qué?

—Todos andan a la espera sin esperar nada. No sé qué esperan.

—El fin de todo esto.

—Pero esto no tiene fin. No es una película.

—¿Pesimista?

—Realista.

—¿Se tomaría una copa?

—Me tomaría otra copa. Tenemos tiempo.

ANTONIO LÓPEZ HIDALGO