El vino es a la vida lo que el jazz a la música: un elixir de libertad, una criatura indómita que estalla en mil texturas al más mínimo contacto con los sentidos. Y en Cabriñana lo saben bien. Por eso, la primera bodega rockera de Andalucía, enclavada en pleno corazón de la Sierra de Montilla, hermana cada año su primer mosto de la temporada con los más variados estilos musicales.
Ayer fue el turno del jazz, encarnado en una figura de primer nivel internacional: Chucho Valdés. El pianista cubano, ganador de ocho premios Grammy, reservó un hueco en su apretada agenda para ser investido Aprendiz de los vinos de Montilla, en un acto que reunió a cerca de 300 personas.
"El vino es creatividad en todos los sentidos, al igual que la música", destacó el artista cubano, quien reconoció sentirse "emocionado y halagado" en su recién estrenada faceta como embajador de los vinos de Montilla.
El pianista, que mañana actúa en el auditorio Laeiszhalle de Hamburgo, en Alemania, comparó las cualidades de los caldos generosos de la tierra con el jazz . "Ambos son estimulantes y saludables", apostilló Valdés, poco antes de regalar a los asistentes una pequeña pincelada de rock añejo junto a los miembros de The Afro-Cuban Messengers.
Tampoco faltó a la cita Javier Ojeda, padrino de los vinos de Cabriñana en 2010. El líder de Danza Invisible participó este mismo viernes en el concierto benéfico con el que Chucho Valdés quiso rendir homenaje a su padre, el gran Bebo Valdés, que falleció el pasado año. "Para mí ha sido un orgullo formar parte de un cartel con artistas de primerísimo nivel", reconoció el cantante malagueño, que actuó en el Tívoli World de Benalmádena junto a Estrella Morente o Genara Cortés.
Pero además de Chucho Valdés y de Javier Ojeda, los asistentes al Mosto Rock 2014 disfrutaron ayer de la actuación en directo de una auténtica leyenda viva de la música contemporánea: el bluesman británico Mike Vernon, uno de los productores más reconocidos del panorama internacional, tras haber trabajado con artistas de la talla de David Bowie, Eric Clapton, Fleetwood Mac o John Mayall.
José Carbonero, como buen anfitrión, no cabía en sí de gozo. Y es que este bodeguero montillano, que ha sentido siempre especial predilección por el mundo de la música, volvió a reunir ayer a un nutrido grupo de amigos para festejar el vino nuevo del año con un entrañable ritual que entremezcla lo mejor de la música con el zumo de uva recién fermentado.
El Mosto Rock se viene repitiendo invariablemente desde el año 2000, cuando el alma máter de Bodegas Cabriñana, animado por el periodista Manuel Bellido y por el fotógrafo Rafael Jiménez, decidió continuar con una tradición implantada por sus padres que sirve para dar la bienvenida a esos caldos que cautivan a quienes los degustan con sus aromas afrutados y sus reminiscencias gaseosas.
Desde entonces, la bodega enclavada en La Vereda del Cerro Macho ha visto pasar por su acogedor patio a personalidades tan variopintas como el diplomático Miguel Ángel Moratinos, colaborador de Montilla Digital; el humorista Chiquito de la Calzada; o los periodistas Jesús Vigorra, Inmaculada Jabato, Jesús Clemente, Rafael Cremades o Fernando Díaz de la Guardia.
Sin embargo, José Carbonero ha sentido siempre especial predilección por el mundo de la música, como lo demuestra la pléyade de artistas que han pasado por la que se considera como primera bodega rockera de Andalucía.
A Ricardo Pachón –el productor del polémico disco de Camarón titulado La Leyenda del Tiempo- hay que unir los nombres de Tabletom –la mítica banda malagueña liderada por el tristemente desaparecido Rockberto-, o del propio Mike Vernon, que ayer regresó a Montilla para deleitar a sus seguidores junto a la banda antequerana Los García.

Ayer fue el turno del jazz, encarnado en una figura de primer nivel internacional: Chucho Valdés. El pianista cubano, ganador de ocho premios Grammy, reservó un hueco en su apretada agenda para ser investido Aprendiz de los vinos de Montilla, en un acto que reunió a cerca de 300 personas.
"El vino es creatividad en todos los sentidos, al igual que la música", destacó el artista cubano, quien reconoció sentirse "emocionado y halagado" en su recién estrenada faceta como embajador de los vinos de Montilla.
El pianista, que mañana actúa en el auditorio Laeiszhalle de Hamburgo, en Alemania, comparó las cualidades de los caldos generosos de la tierra con el jazz . "Ambos son estimulantes y saludables", apostilló Valdés, poco antes de regalar a los asistentes una pequeña pincelada de rock añejo junto a los miembros de The Afro-Cuban Messengers.

Tampoco faltó a la cita Javier Ojeda, padrino de los vinos de Cabriñana en 2010. El líder de Danza Invisible participó este mismo viernes en el concierto benéfico con el que Chucho Valdés quiso rendir homenaje a su padre, el gran Bebo Valdés, que falleció el pasado año. "Para mí ha sido un orgullo formar parte de un cartel con artistas de primerísimo nivel", reconoció el cantante malagueño, que actuó en el Tívoli World de Benalmádena junto a Estrella Morente o Genara Cortés.
Pero además de Chucho Valdés y de Javier Ojeda, los asistentes al Mosto Rock 2014 disfrutaron ayer de la actuación en directo de una auténtica leyenda viva de la música contemporánea: el bluesman británico Mike Vernon, uno de los productores más reconocidos del panorama internacional, tras haber trabajado con artistas de la talla de David Bowie, Eric Clapton, Fleetwood Mac o John Mayall.


José Carbonero, como buen anfitrión, no cabía en sí de gozo. Y es que este bodeguero montillano, que ha sentido siempre especial predilección por el mundo de la música, volvió a reunir ayer a un nutrido grupo de amigos para festejar el vino nuevo del año con un entrañable ritual que entremezcla lo mejor de la música con el zumo de uva recién fermentado.
El Mosto Rock se viene repitiendo invariablemente desde el año 2000, cuando el alma máter de Bodegas Cabriñana, animado por el periodista Manuel Bellido y por el fotógrafo Rafael Jiménez, decidió continuar con una tradición implantada por sus padres que sirve para dar la bienvenida a esos caldos que cautivan a quienes los degustan con sus aromas afrutados y sus reminiscencias gaseosas.
Desde entonces, la bodega enclavada en La Vereda del Cerro Macho ha visto pasar por su acogedor patio a personalidades tan variopintas como el diplomático Miguel Ángel Moratinos, colaborador de Montilla Digital; el humorista Chiquito de la Calzada; o los periodistas Jesús Vigorra, Inmaculada Jabato, Jesús Clemente, Rafael Cremades o Fernando Díaz de la Guardia.

Sin embargo, José Carbonero ha sentido siempre especial predilección por el mundo de la música, como lo demuestra la pléyade de artistas que han pasado por la que se considera como primera bodega rockera de Andalucía.
A Ricardo Pachón –el productor del polémico disco de Camarón titulado La Leyenda del Tiempo- hay que unir los nombres de Tabletom –la mítica banda malagueña liderada por el tristemente desaparecido Rockberto-, o del propio Mike Vernon, que ayer regresó a Montilla para deleitar a sus seguidores junto a la banda antequerana Los García.
REDACCIÓN / CAMPIÑA DIGITAL
REPORTAJE GRÁFICO: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
REPORTAJE GRÁFICO: JOSÉ ANTONIO AGUILAR