El Hospital de Alta Resolución de Puente Genil ha habilitado un aula permanente para la formación de cuidadoras que tienen hospitalizadas a las personas dependientes a las que cuidan. De esta forma, se aprovecha el tiempo de ingreso hospitalario para formar, de manera teórica y práctica, a las cuidadoras. Sobre todo en aquellas tareas y materias requeridas en cada caso, para que puedan dispensar los cuidados oportunos a su familiar en el domicilio, una vez que reciba el alta hospitalaria.
Para ello, en una habitación de la Unidad de Hospitalización Polivalente del centro pontano (especialmente acondicionada con medios audiovisuales, material fungible, orto protésico, aparataje y cualquier recurso que se considere necesario para llevar a cabo la formación), se desarrollarán las charlas para las cuidadoras dos veces en semana, en horarios que coincidan con el momento de menor demandan asistencial.
Profesionales de enfermería son, principalmente, quienes se encargan de impartir esta formación, aunque cuentan también con la intervención del personal facultativo para algunas actividades y para dar respuesta a peticiones de las cuidadoras.
La formación consta de una parte teórica, tras la cual se dejará un tiempo final para la resolución de dudas e intercambio de experiencias, y de otra parte práctica, donde se escenificarán situaciones reales que las cuidadoras se pueden encontrar en el domicilio, tras el alta hospitalaria. En este sentido, todo lo aprendido en los talleres será practicado por las cuidadoras con el paciente durante el ingreso hospitalario, contando siempre con la supervisión y el apoyo de la enfermera.
Igualmente, al finalizar las sesiones se crea un espacio de compartir experiencias y dudas comunes que permite un momento de respiro familiar, y la posibilidad de ampliar el círculo social de las cuidadoras, fomentándose una cadena de ayuda entre ellas que continúa una vez dados de alta sus familiares.
Todo ello implica un aumento en la calidad de los cuidados del paciente en el domicilio, favoreciendo incluso la reducción de los ingresos hospitalarios porque entre la red de cuidadoras se dan respuesta mutuamente a muchas necesidades.
Los principales temas tratados en las sesiones formativas son: aseo del paciente encamado; cambo de ropa de cama con paciente encamado; cuidado de la boca y mucosas; cuidados de la piel, uñas, oídos y cabello; cuidado de las heridas y ostomías; cambios posturales; nutrición y alimentación oral y enteral; ingesta de líquidos e hidratación; prevención de úlceras por presión; traslados del paciente dentro del domicilio; cuidados de la sonda vesical y sonda nasogastrica; fisioterapia respiratoria; administración de medicación oral y subcutánea; primeros auxilios y reanimación cardiopulmonar; conceptos básicos de seguridad del paciente; así como planes de cuidados, recursos locales y coordinación interinstitucional, entre otros.
El supervisor de cuidados de enfermería de Hospitalización, Raúl Pérez, que ha desarrollado el procedimiento para la puesta en marcha de esta aula formativa permanente, explica: “en las últimas décadas el incremento de la población mayor de 65 años ha sido del 200 por ciento, y esta tendencia, lejos de reducirse, va a seguir incrementándose.
El envejecimiento poblacional y la cronificación de procesos ha ocasionado que aumente el porcentaje de personas dependientes y de cuidadores/as informales. Por eso pensamos que era necesario la creación de un aula de estas características que diera respuesta a la necesidades de cuidados y salud derivadas de esta situación”.
La coordinadora de Cuidados de Enfermería del hospital pontano, María Holgado, subraya que los objetivos fundamentales de esta iniciativa son garantizar la continuidad de los cuidados en el domicilio, potenciar prácticas seguras en el manejo del paciente que permitan crear en casa, el mismo entorno de seguridad que existe en el hospital, a la vez que apoyar a las cuidadoras afianzando su autoestima para la resolución de problemas y, en definitiva, mejorar la calidad de vida de los pacientes y sus cuidadoras.
Continuidad asistencial
Tanto el aula, como la implicación de las cuidadoras en los cuidados del paciente durante el ingreso, son pilares fundamentales para conseguir una adecuada continuidad asistencial. Pero para completar el abordaje integral de esta formación la relación resulta primordial la coordinación con Atención Primaria.
En este sentido, cabe destacar que la enfermera gestora de casos y la enfermera del centro de salud serán informadas, a través del informe de continuidad de cuidados, de todos los conceptos trabajados con la cuidadora y del grado de cumplimiento de los objetivos de la formación, con el fin de que continúen con la intervención para reforzar los conocimientos adquiridos y completar la formación recibida en el aula del hospital.

Para ello, en una habitación de la Unidad de Hospitalización Polivalente del centro pontano (especialmente acondicionada con medios audiovisuales, material fungible, orto protésico, aparataje y cualquier recurso que se considere necesario para llevar a cabo la formación), se desarrollarán las charlas para las cuidadoras dos veces en semana, en horarios que coincidan con el momento de menor demandan asistencial.
Profesionales de enfermería son, principalmente, quienes se encargan de impartir esta formación, aunque cuentan también con la intervención del personal facultativo para algunas actividades y para dar respuesta a peticiones de las cuidadoras.
La formación consta de una parte teórica, tras la cual se dejará un tiempo final para la resolución de dudas e intercambio de experiencias, y de otra parte práctica, donde se escenificarán situaciones reales que las cuidadoras se pueden encontrar en el domicilio, tras el alta hospitalaria. En este sentido, todo lo aprendido en los talleres será practicado por las cuidadoras con el paciente durante el ingreso hospitalario, contando siempre con la supervisión y el apoyo de la enfermera.
Igualmente, al finalizar las sesiones se crea un espacio de compartir experiencias y dudas comunes que permite un momento de respiro familiar, y la posibilidad de ampliar el círculo social de las cuidadoras, fomentándose una cadena de ayuda entre ellas que continúa una vez dados de alta sus familiares.
Todo ello implica un aumento en la calidad de los cuidados del paciente en el domicilio, favoreciendo incluso la reducción de los ingresos hospitalarios porque entre la red de cuidadoras se dan respuesta mutuamente a muchas necesidades.
Los principales temas tratados en las sesiones formativas son: aseo del paciente encamado; cambo de ropa de cama con paciente encamado; cuidado de la boca y mucosas; cuidados de la piel, uñas, oídos y cabello; cuidado de las heridas y ostomías; cambios posturales; nutrición y alimentación oral y enteral; ingesta de líquidos e hidratación; prevención de úlceras por presión; traslados del paciente dentro del domicilio; cuidados de la sonda vesical y sonda nasogastrica; fisioterapia respiratoria; administración de medicación oral y subcutánea; primeros auxilios y reanimación cardiopulmonar; conceptos básicos de seguridad del paciente; así como planes de cuidados, recursos locales y coordinación interinstitucional, entre otros.
El supervisor de cuidados de enfermería de Hospitalización, Raúl Pérez, que ha desarrollado el procedimiento para la puesta en marcha de esta aula formativa permanente, explica: “en las últimas décadas el incremento de la población mayor de 65 años ha sido del 200 por ciento, y esta tendencia, lejos de reducirse, va a seguir incrementándose.
El envejecimiento poblacional y la cronificación de procesos ha ocasionado que aumente el porcentaje de personas dependientes y de cuidadores/as informales. Por eso pensamos que era necesario la creación de un aula de estas características que diera respuesta a la necesidades de cuidados y salud derivadas de esta situación”.
La coordinadora de Cuidados de Enfermería del hospital pontano, María Holgado, subraya que los objetivos fundamentales de esta iniciativa son garantizar la continuidad de los cuidados en el domicilio, potenciar prácticas seguras en el manejo del paciente que permitan crear en casa, el mismo entorno de seguridad que existe en el hospital, a la vez que apoyar a las cuidadoras afianzando su autoestima para la resolución de problemas y, en definitiva, mejorar la calidad de vida de los pacientes y sus cuidadoras.
Continuidad asistencial
Tanto el aula, como la implicación de las cuidadoras en los cuidados del paciente durante el ingreso, son pilares fundamentales para conseguir una adecuada continuidad asistencial. Pero para completar el abordaje integral de esta formación la relación resulta primordial la coordinación con Atención Primaria.
En este sentido, cabe destacar que la enfermera gestora de casos y la enfermera del centro de salud serán informadas, a través del informe de continuidad de cuidados, de todos los conceptos trabajados con la cuidadora y del grado de cumplimiento de los objetivos de la formación, con el fin de que continúen con la intervención para reforzar los conocimientos adquiridos y completar la formación recibida en el aula del hospital.
REDACCIÓN / CAMPIÑA DIGITAL